A pesar de que la participación en la vida pública y cultural de las mujeres es cada vez más visible, que el porcentaje de mujeres que ejercen roles de liderazgo va en aumento, igual que el protagonismo en el campo científico y digital es más notorio, todavía falta mucho camino por recorrer para lograr la plena igualdad.
De ahí la necesidad de instrumentar la inclusión digital, por medio de programas educativos gratuitos que empoderen a todas las niñas y mujeres, con el objetivo de establecer relaciones, laborales y personales, en términos de igualdad.
Los siguientes puntos son los que este congreso propone llevar a la reflexión y debate:
Con este título el CAC (Consejo audiovisual de Catalunya) publicaba un informe en 2018, en el que se recogen hallazgos en internet sobre falsedades y engaños en formato de noticia sobre diversos ámbitos y realidades de las mujeres. Algunos titulares dan cuenta de la magnitud de esa práctica engañosa:
Para tratar de intercambiar investigaciones en este ámbito, se propone esta mesa de debate.
En los últimos años han proliferado las investigaciones y aproximaciones a las películas realizadas por mujeres realizadoras. En una industria del cine donde el componente de género todavía se mantiene en un plano de inferioridad se hace necesario visibilizar este trabajo para constatar que las maneras de mirar al mundo pueden ser diferentes.
Según un estudio elaborado por el Festival de San Sebastián en 2020, el porcentaje de participación de las profesionales en las categorías de dirección, producción, guion, montaje, fotografía y música se situaba en un 30% de media después del visionado de más de 3.000 películas en su 67 edición.
Este simposio se propone, no obstante, ampliar la mirada para buscar una aproximación interseccional en la que se reflejen los componentes de género, pero también de etnia, clase u orientación sexual como otras categorías que son construidas, e interrelacionadas.
Al complejizar las miradas, las investigaciones que se presenten en este simposio afinarán la crítica para traer al epicentro del análisis los sujetos que generalmente se ubican en los márgenes de la reflexión fílmica.
Tras la polémica del último premio Planeta, otorgado a la obra La Bestia firmado por el pseudónimo Carmen Mola detrás del cual había tres hombres, se ha puesto de manifiesto que el mundo editorial para las mujeres en España dista mucho de la realidad.
En 2018, el Ministerio de Cultura desvelaba que, de los 55.501 títulos inscritos, el 61,6% eran de hombres y el 32,1% de mujeres, y que otro 6,3% no constaba la autoría. Esto significa que, ellos presentaron 34.183 obras y ellas 17.801. Este fue el primer año en que el ministerio ofrecía datos desagregados por sexo. En 2020, de las 54.509 obras publicadas, hubo un imperceptible incremento de un 38,5% para libros cuya autoría era de mujeres.
En el caso de los Nobel de Literatura la cifra escandalosa refleja que, de 117 premios, solo 16 mujeres han obtenido el prestigioso galardón de las letras. El propio Premio Planeta en sus 70 años de historia solo ha recaído en 17 mujeres.
Este simposio busca explorar trabajos que exploren las historias de mujeres que tuvieron que cambiar sus nombres por los de hombres para ser aceptadas, historias en la nueva literatura que planten nuevos paradigmas, la fagocitación de las grandes editoriales o los propios desequilibrios de poder en la industria.
Un estudio publicado por Emakunde-Instituto vasco de la mujer- sobre la transmisión del machismo en el ámbito digital entre adolescentes concluye que los videojuegos consolidan la brecha digital de género en las habilidades y uso de las tecnologías, y se posicionan como un obstáculo importante para las carreras informáticas de las chicas.
El estudio que lleva por título “El Iceberg Digital Machista. Análisis, prevención e intervención de las realidades machistas digitales que se reproducen en la adolescencia de la CAE» está realizado por Estibaliz Linares Bahillo.
El estudio indaga sobre cómo interfieren las desigualdades de género de mujeres y hombres en la interacción digital de los jóvenes. Sus resultados son contundentes y demoledores a su vez: “En la adolescencia se detecta la segunda y tercera brecha digital de género. Por un lado, a la hora de orientar sus carreras profesionales, con unos chicos más consumidores de videojuegos (ocho de cada diez chavales han dicho que juegan diariamente frente a dos de cada diez chicas), y más volcados y «encorsetados» en el ámbito informático y técnico, frente a ellas que dicen sentirse «menos capaces» en el aspecto técnico”.
Sobre esta brecha digital conducente a la baja matrícula de las jóvenes en las asignaturas STEM y sobre algunas narrativas de videojuegos en las cuales las mujeres son inexistentes o desarrollan un rol de supeditación a la figura masculina, es el objetivo de este panel temático para debatir y reflexionar.
Con el advenimiento de las plataformas de redes sociales, las mujeres de todo el mundo se han vuelto vulnerables a delitos tecnológicos como la transformación, la creación de perfiles falsos y el acoso cibernético. Bajo el parapeto de la libertad de expresión, empresas como Facebook, Twitter o YouTube han alojado y difundido videos de violaciones y pornografía de venganza, lo que hace que las usuarias se sientan de todo menos libres. Aunque existen leyes que tipifican estas prácticas como delitos, su eficacia sigue siendo una cuestión de duda.
Un estudio de 2017 de Amnistía Internacional identificaba que más del 76% de las mujeres habían sufrido abusos o acoso en las redes sociales. Por tanto, la violencia contra las mujeres en las redes sociales es un problema global. Esto exige a la fraternidad jurídica examinar las lagunas básicas en el entendimiento jurisprudencial actual de tales delitos y examinar las mismas desde la perspectiva de los maltratados, que en este caso son las mujeres.
En este simposio son bienvenidas las presentaciones que aborden las tendencias actuales de ciberacoso en las mujeres, los micromachismos y las dinámicas patriarcales en el ámbito digital, pero también, las estrategias de éxito para frenar esta tendencia, así como los análisis históricos que evalúen el recorrido pasado y presente.
La sexualización de las niñas en la publicidad es una perniciosa práctica profesional que viene denunciándose desde hace años, y constituye la expresión más extrema de la sexualización de las mujeres en general. La Plataforma para la Acción de Beijing-95, el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa o el Congreso Español están entre las instituciones que han abordado este problema y reclamado la adopción de medidas para su eliminación.
Con el título «La hipersexualización de la sociedad: niñas sexis, infancia frágil», La Vanguardia publicaba un reportaje de la periodista Cristina Sen, en el que calificaba de hipocresía que la sociedad se llevara las manos a la cabeza cuando se plantea el debate de la sexualización cada vez más temprana de la infancia, sobre todo de las niñas. Y argumentaba que “Una sociedad que dice que observa pasmada las fotos que las adolescentes y preadolescentes cuelgan en sus redes sociales, la ropa que visten, el maquillaje que aparece cada vez más pronto. Sólo con observar alrededor queda claro que los más jóvenes beben de un mundo en el que se ha producido una hipersexualización generalizada, donde la sexualidad se ha puesto en el centro con unas connotaciones muy concreta”.
El Observatorio del Instituto de la Mujer señalaba en un estudio de 2020 que la cosificación y representación sexualizada de las niñas se manifiesta, si no con altos índices de frecuencia, sí de forma constante, como se pone de manifiesto con las 140 quejas ciudadanas recibidas en el OIM, sobre esta cuestión, entre 2010 y 2020. En el mencionado estudio elaborado por el Instituto de la Mujer sobre el sexismo en la publicidad de juguetes se ha obtenido que en un 8,5 % de los anuncios analizados, protagonizados por niñas, estas aparecen en este contexto asociado a la sexualidad o el erotismo.
Tanto en la promoción de productos dirigidos a la infancia como en algunos dirigidos a personas adultas, y ya sea de una forma más explícita o sugerido de forma sutil, las niñas pueden ser sexualizadas de diversas maneras en los anuncios, como se puede ver a través de los casos incluidos en este documento: presentando a las menores vestidas, maquilladas y/o con poses y actitudes de mujeres mayores; caracterizando a modelos jóvenes como preadolescentes sugerentes; recurriendo, como fetiche sexual, a la representación de adultas como colegialas; con los disfraces infantiles con connotaciones eróticas, o con la oferta de juguetes y actividades de ocio que constituyen un aprendizaje de roles y estereotipos para la cosificación.
En esta mesa temática, se compartirán investigaciones sin duda, necesarias y casi urgentes para intentar intervenir en la eliminación de la sexualización en los medios audiovisuales.
En este simposio se sostiene que los estudios académicos en regiones no occidentales siguen siendo moldeado por las historias del imperialismo, el colonialismo y las ideologías del eurocentrismo y el neoliberalismo de la modernidad occidental. Mientras en el Sur Global se desmanteló el imperio físico del colonialismo después de la década de las independencias (1960), el imperio metafísico del colonialismo epistémico y académico sigue intacto y arraigado en los programas académicos y en los estudios de comunicación.
Para abordar estos problemas, se invitan investigadores e investigadoras que aboguen por el desarrollo de teorías e investigaciones que no solo se basen en el imperativo de la descolonización, sino que también se basen en las culturas, geografías e historias del Sur Global.
En este simposio se invita a presentar investigaciones que aborden desde un horizonte amplio el concepto de cultura y cómo ésta influye en el pensamiento, el lenguaje y el comportamiento humano.
Es decir, el poder del entorno social en el que los individuos nacen y viven (familias, escuelas, medios de comunicación, publicidad, religión) moldea sus reacciones de actitud, emocionales y de comportamiento y las percepciones sobre lo que sucede a su alrededor.
Lo mismo se aplica en el caso de roles asignados / asumidos en la sociedad en función del género. Numerosos estudios académicos han subrayado las dimensiones culturales que reflejan diferencias en los roles de género, pero también elementos relacionados con la ética de la diferencia sexual.
La presentación de estos temas desde la perspectiva interdisciplinar es el paraguas de este simposio: la importancia de la comunicación en la transmisión de roles (errores y aciertos), dimensiones culturales que reflejen diferencias de roles en diferentes culturas, problemas de discriminación o la ética de la diferencia sexual.
La representación de los movimientos sociales en los medios de comunicación ha normalizado el papel de los hombres en esta pugna con el poder político. Tres de los ejemplos más interesantes a nivel internacional fueron los de Liberia y Túnez, y más recientemente en Chile.
En el primero de los casos el rol que desempeñaron las mujeres influyó para la resolución de una guerra que se prolongaba durante más de una década.
En el caso de Túnez se enmarca en las llamadas revoluciones de la primavera árabe que tuvieron como protagonistas a mujeres que salían a la calle para reivindicar y luchar por un cambio de régimen. No obstante, y tras las respectivas victorias en estos dos países, parece que las decisiones volvieron a ser tomadas en despachos con mandatarios y escasas o ninguna representación de género.
En el caso de Chile (2020) y su flashmob viral en redes sociales y medios de comunicación sirvió para evidenciar una ola feminista en América Latina que transgredía fronteras y discursos occidentales. Esta victoria alcanzó su máxima expresión con la incorporación de algunas de estas reivindicaciones en la nueva constitución que se acaba de aprobar (2021).
En este simposio se invita a reflexionar sobre el papel y rol de las mujeres en los movimientos sociales y su representación en los medios de comunicación, sobre ejemplos concretos de victorias con las que aprender o cómo desde el artivismo y el género (arte + activismo) se presentan nuevas vías desde las que esquivar los resortes punitivos del poder.
Un estereotipo es una representación repetida frecuentemente que convierte algo complejo en algo simple. Pero hay otras características que ayudan a complejizar este concepto: es un proceso reduccionista que suele distorsionar lo que representa, porque depende de un proceso de selección, categorización y generalización, donde por definición se debe hacer énfasis en algunos atributos en detrimento de otros. Simplifica y precariza lo real. Tiene un carácter automático, trivial, reductor.
Los estereotipos son conceptos de un grupo, lo que un grupo piensa de otro o de otros. Lleva necesariamente implícito en su existencia un consenso. A través de la simplificación y la generalización, nos permiten organizar la información del mundo que nos rodea. Sirven para establecer marcos de referencia y son una forma de orientar nuestras percepciones. El estereotipo funciona a modo de sistema cognitivo selectivo que organiza nuestro pensamiento.
Las características que se seleccionan para categorizar los grupos tienen inevitablemente un anclaje con la realidad, no son inventadas o falsas, pero se escogen algunas entre una lista enorme de posibilidades. Esta selección se basa en una serie de prejuicios sobre el grupo a analizar. El problema está en que la selección de rasgos distintivos de los otros, realizada por un sector dominante, se acepta como representativa.
El campo de los estudios sobre migración y medios ha evolucionado rápidamente en los últimos años para captar mejor las complejas trayectorias de los movimientos y las narrativas contemporáneas en torno a la migración. La variedad de estas contribuciones refleja la urgencia de cuestionar la relación entre los medios de comunicación y la migración en un mundo afectado por tensiones políticas, discursos populistas en contra, una mayor polarización social y violaciones de los derechos humanos.
Al observar esta relación, los académicos han abordado el impacto de las representaciones de los medios en cuestiones de identidad y diferencia, la mediación de las crisis humanitarias y las fronteras, el papel de las comunidades diaspóricas como agentes de cambio y las formas de gobernanza de la migración, entre otros objetos de investigación.
El impacto que la investigación académica ha tenido en el avance de nuestra comprensión de debates tan críticos es un área de estudio que requiere más atención.
En este sentido, se invita a los investigadores e investigadoras a ‘repensar el impacto’ de las investigaciones científicas en el campo de los medios de comunicación, migración y género que traten de diseñar y repensar conceptos/metodologías que promuevan la perspectiva de “investigar con” en lugar de “investigar sobre”.
Concienciar sobre el papel de las mujeres en el ámbito laboral y las desigualdades de género y sobre el modelo de consumo como causa de la explotación de las mujeres es el objetivo de este panel.
El trabajo doméstico y de cuidados, seguido de la agricultura y ganadería y la hostelería, son los tres principales sectores donde mayores situaciones de explotación laboral se producen, lo que se traduce en una mayor feminización.
“La brecha salarial no se reduce con más mujeres al mando”, afirma Marianne Bertrand (Universidad de Chicago), una de las grandes expertas en investigación del mercado laboral, centrada especialmente en la brecha de género.
La profesora alerta de que la crisis de la Covid se ha cebado con las mujeres y que, pese a que los hombres hayan participado más en los cuidados, ha sido temporal. A la pregunta en una entrevista reciente, acerca de si es optimista sobre cómo el mercado laboral está corrigiendo la brecha de género y si es un “progreso estable”. Opina que la pandemia ha frenado esta evolución.
Las recesiones normalmente afectan primero a las manufacturas, con presencia de más hombres. La pandemia, en cambio, ha golpeado más al sector servicios. También muchas mujeres han dejado el empleo para dedicarse a la crianza. Las escuelas estuvieron cerradas. Esta crisis se está llamando She-cession [mezcla de la palabra “ella” con “recesión” en inglés].
Sobre esta discriminación laboral, que todavía sufren las mujeres, todavía en el siglo XXI en países como España, considerados ricos, esta mesa de comunicación y debate se propone concitar contribuciones para sumar conocimiento y la reflexión compartida.
Con el título “Cuando la Medicina no es neutral: el sesgo de género al que se enfrentan las mujeres en la consulta”, la plataforma periodística Newtral publica un reportaje en la que diferentes científicas explican cuáles son los sesgos de género en Medicina: desde desconocer la sintomatología específica en mujeres de una enfermedad hasta retrasos diagnósticos.
Así afecta el androcentrismo a la salud femenina. Para entender cómo afecta la visión androcéntrica del mundo a la salud de las mujeres, una de ellas, María Teresa Ruiz Cantero, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante, explica el ejemplo clásico del infarto, y señala en conversación con Newtral.es que esta afección no cursa igual en hombres que en mujeres: “En ellos hay un dolor precordial, con irradiación al brazo izquierdo, después sube en el electrocardiograma la onda llamada segmento ST, algo que es menos común en mujeres. En ellas, además, la manifestación es más vaga, con angustia y malestar general”.
El sesgo de sexo/género en este caso se comenzó a poner de manifiesto en la década de los 90, “tras 30 años desde la descripción del retraso diagnóstico en mujeres que padecían un infarto agudo de miocardio porque presentaban síntomas diferentes a los considerados típicos, que eran los síntomas de los hombres”, explica a Newtral.es Elisa Chilet Rosell, bióloga, doctora en Salud Pública e investigadora especializada en salud y desigualdad de género en la Universidad Miguel Hernández (Elche).
Sobre estos sesgos de género todavía invisibles, se inspiran los debates de esta mesa de comunicaciones.
La discriminación (del latín discriminatĭo, -ōnis)1 es toda aquella acción u omisión realizada por personas, grupos o instituciones, que produce y reproduce desigualdades en el acceso a recursos y oportunidades (como la salud, la alimentación, la educación o el empleo) en favor o en contra de un grupo social y sus miembros, con base en la pertenencia a una determinada categoría social en lugar de las cualidades o méritos individuales.
Para la psicología social la discriminación es entendida como la dimensión conductual de un prejuicio; es decir, el trato diferencial del que es objeto un individuo, como manifestación de actitudes despectivas e injustificadas hacia los grupos y estereotipos que a éste se le puedan atribuir.
En filosofía moral se ha definido la discriminación como un trato o consideración desventajosa. Esta definición es comparativa. Una persona no tiene que ser dañada para ser discriminada (Wikipedia)
El marketing discrimina casi inevitablemente por la necesidad de segmentar el mercado, en segmentos más pequeños de compradores que tienen diferentes necesidades, características y comportamientos que requieren estrategias o mezclas de marketing diferenciadas. Y lo hace con arreglo a sus características o variables que puedan influir en su comportamiento de compra.
Estos segmentos son grupos homogéneos (por ejemplo, las personas en un segmento son similares en sus actitudes sobre ciertas variables). Debido a esta similitud dentro de cada grupo, es probable que respondan de modo similar a determinadas estrategias de marketing. Estas variables predeterminan el consumo, condicionando y casi, cautivando la voluntad de las personas que consumen.
Para reflexionar sobre el papel del marketing en lo que se refiere a la igualdad y el respeto a la diversidad, se plantea esta mesa de debate.
Las relaciones públicas (RRPP) se definen como una serie de acciones estratégicas de comunicación desarrolladas en un determinado tiempo con el objetivo de crear vínculos, relaciones y reputación entre los distintos grupos de personas a los que van dirigidas, y constituyen una herramienta más de la comunicación empresarial.
En este ámbito de promoción y propaganda, como en otros cuya función es influir y persuadir, es necesario conocer cuál y cómo es la presencia de las mujeres en la praxis profesional y su tratamiento en sus relatos.
Algunas investigaciones ponen de manifiesto la desigualdad, discriminación e invisibilidad, que se producen en entornos diversos. Necesitamos desaprender y volver a aprender. Es importante revisar la mirada en la toma de decisiones que repercuten directamente en las rutinas profesionales, poniendo el foco en la igualdad, y trabajar por derribar los estereotipos, por la inclusividad y de ser parte del cambio a favor de la igualdad.
Algunas de las claves para construir un mensaje con perspectiva de género: procurar por un lenguaje inclusivo y no sexista, conformar un equipo de trabajo inclusivo y diverso, practicar la coherencia, repensar las personas representadas en los mensajes y los roles que interpretan…
Sobre este tema en el que urge conocer su realidad, versa esta mesa de comunicación.